Si nuestro cuerpo es un motor, el alimento es nuestro combustible. La comida da a nuestro cuerpo la energía que necesita para funcionar. Si no nos aseguramos que el combustible que le damos a nuestro organismo es el correcto en cantidad y calidad, nuestro cuerpo terminará siendo un montón de chatarra, que es precisamente como denominamos a cierto tipo de comida. Lo que comemos afecta a nuestro peso, nuestro humor, nivel de energía, funciones cerebrales, rendimiento sexual y pautas de sueño.
A continuación os detallo 10 consejos nutricionales para asegurarle a nuestro organismo los nutrientes necesarios para funcionar bien cada día:
1. Come como te dicta la naturaleza.
Esta no nos creó para consumir alimentos procesados, súper cocinados y cargados de conservantes artificiales y químicos. Nuestros descendientes siempre vivieron en simbiosis con la naturaleza. Es simple, consume más alimentos “vivos” y consume menos alimentos “muertos”.
2. Elige alimentos orgánicos.
Frutas y verduras orgánicas pueden a menudo contener más vitaminas y minerales, sobre todo porque se cultivan sin el uso de fertilizantes, pesticidas y organismos genéticamente modificados, los cuales se ha demostrado que tienen efectos dañinos sobre nuestro aparato reproductor y hormonal, y sobrecargan el hígado.
3. Quítale el polvo a tu licuadora o batidora.
Pueden ser tus mejores amigas. Pongamos el caso que vienes del trabajo hambriento y agotado...en vez de abrir un paquete de patatas fritas, un trozo de pan con algo o tomarte un trozo de chocolate, te preparas en un minuto un zumo natural o un batido nutricional llenos de vitaminas, minerales y enzimas. Es una comida rápida que envía una buena carga de nutrientes a tus células.
4. Limita el consumo de gluten.
El gluten es una proteína que se encuentra en la mayor parte de los granos, incluidos el trigo, la cebada y el centeno. La alergia al gluten, llamada enfermedad celiaca, o la intolerancia en general, son cada vez más comunes. Incluso si no eres sensible al gluten, le haces a tu cuerpo un gran favor reduciendo mucho su ingesta, ya que puede irritar y dañar tu membrana intestinal y ser causante de inflamación o reacciones inmunes. Algunos granos libre de gluten son el trigo sarraceno, la quínoa y el mijo.
5. Mantente a distancia de los alimentos cargados de azucares refinados y procesados.
Los azúcares y harinas refinadas te pueden llevar a subidas y bajadas constantes de azúcar en sangre, provocando cambios de humor y ansiedad por la comida. Elige mejor frutas y verduras, y si vas a tomar alimentos con alto índice glicémico, combínalos con grasas saludables y suficiente fibra para regular la entrada de los azúcares en la sangre.
6. Come grasas buenas.
La gente que hace por perder peso a menudo intenta consumir poca grasa y pocos alimentos que tengan colesterol, ya que son más calóricos que las proteínas y los hidratos de carbono. Sin embargo, las grasas buenas y el colesterol son muy necesarios para la absorción de la mayoría de los nutrientes y para la producción de hormonas. Algunas formas de grasas buenas se pueden encontrar en pescados de agua fría como el salmón, en los huevos, carnes de animales criados con pasto, aceite de oliva virgen extra, frutos secos naturales y aguacates. Intenta evitar otros aceites vegetales como los de girasol o el maíz, incluidos en margarinas, bollería industrial, patatas chips, mayonesas, salsas y alimentos procesados.
7. Prepara tus comidas con esmero y cariño.
Reduce el uso del microondas. Come más alimentos crudos que no han sido súper calentados, y si los cocinas, hazlo al vapor o a la plancha pero a temperatura moderada.
Cuando los aceites se oxidan a altas temperaturas se vuelven tóxicos para el organismo.
8. Comienza con una buena ensalada.
Antes de tu plato principal, ya sea en el almuerzo o en la cena o en ambos, comete una buena ensalada. Elige otras opciones que no sea la simple lechuga, como canónigos, rúcula, romanilla, espinacas, col rizada,…y mézclalas con hierbas aromáticas como el perejil, el eneldo, la menta , el cilantro, el cebollino, el romero, el orégano,.. Cuando comienzas con una ensalada, llenas tu estomago con alimentos cargados de nutrientes evitando elegir otras opciones bajas en nutrientes y cargadas de calorías, tanto en los entrantes como en los postres.
9. Lee las etiquetas.
Los químicos y aditivos de los alimentos pueden causar estragos en nuestro sistema hormonal y nos pueden llevar a cuadros de adicción y ganancia de peso. Evita los que empiezan por E- y los saborizantes del tipo glutamato mono sódico, caseinato cálcico, E-621, acido glutámico, aceites vegetales hidrolizados, extracto de levadura… que hacen que nuestro cerebro nos pida comer más de la cuenta. Los encontramos en las sopas de sobre, patatas chips, salsas y bollería industrial. Si estas en duda, recuerda un consejo: si incluye números y códigos no te los comas.
10. Come de forma relajada.
Nuestro sistema digestivo es muy sensible, así que si comemos de forma rápida y acelerada, pondrá tu cuerpo en un estado de lucha que ralentizará los procesos digestivos y reducirá mucho la asimilación de los nutrientes. Lo que no digerimos por comer de esta forma, normalmente fermenta, creando digestiones pesadas, gases y reteniendo grasas. Asegúrate cuando comas de sentarte tranquilamente, de forma relajada y tomándote el tiempo para masticar bien la comida.
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