lunes, 31 de diciembre de 2012

ALIMENTACIÓN MODERNA: EXCESO DE TÓXICOS Y DEFICIENCIA EN NUTRIENTES.







En el post de hoy quiero compartir con vosotros un VÍDEO sobre una ponencia de Felipe Hernández, Nutricionista Ortomolecular, Presidente de AENTOC y autor de los libros “Que tus alimentos sean tu medicina” y “Comer sí da la felicidad”. Nos habla sobre los tóxicos en la alimentación durante el Congreso de Alimentación Consciente.


Aditivos alimentarios

Dentro de estos se encuentran conservantes, colorantes, antioxidantes químicos, anti aglomerantes, espesantes, aceleradores de reacción, etc. “Cada español por término medio consume una media de 40 kilos de conservantes al año”.
Unos expertos del Consejo Europeo estudiaron 2176 aromatizantes sintéticos y el resultado fue que 391 eran inocuos, pero que 180 estaban considerados peligrosos. Felipe Hernández lanza la pregunta  ¿y los demás? La respuesta a esta pregunta está en el dinero que mueve la industria agroalimentaria.

Algunos de los aditivos

E-951 Aspartamo: Esta demostrado que el consumo de este aditivo complica las enfermedades neurológicas. Numerosos estudios establecen la correlación entre el aspartamo y los cánceres de cerebro. Provoca desordenes cerebrales entre otros 92 síntomas atribuidos directa o indirectamente. Mal recomendado incluso en dietas de adelgazamiento, ya que tiene un efecto contrario a la perdida de peso. Actualmente se encuentra en más de 9000 productos, en ocasiones bajo la etiqueta de “light”, también se encuentra bajo la frase “contiene Canadá los productos que contienen aspartamo tienen que llevar la etiqueta “puede provocar cáncer”. Actualmente se encuentra en postres y yogures, cereales de desayuno, chicles, mermeladas, pastelería industrial, conservas de fruta y hortalizas, conservas de pescado,…

E-536 Potasio ferrociánido: Se añade a la sal para evitar aglomerados en algunos productos alimentarios. Aunque muchos dicen que es inofensivo, es un prooxidante.

E-320 Butilhidroxianisol: Se encuentra en los productos precocinados como las pizzas. Este aditivo no figura en el embalaje.

E-954 Sacarina: Edulcorante artificial que no se ha demostrado que ayude a perder peso. Prohibido en Francia y Canadá. En Estados Unidos los productos con sacarina llevan obligatoriamente este mensaje “Este producto contiene sacarina, de la que se ha determinado que produce cáncer en animales de laboratorio”. Está demostrado que las personas que consumen edulcorantes tienen más apetito. Los edulcorantes se utilizan desde hace años en la cría del cerdo, ya que les hace aumentar el apetito y, por tanto, comer más y aumentar de peso.

Pesticidas tóxicos en los alimentos
Expertos en toxicología han encontrado residuos de organoclorados y organofosforados en personas que no han estado en contacto con pesticidas, lo cual significa que la ingesta puede ser debida al consumo de alimentos tratados con pesticidas.
Los efectos causados son tensión, ansiedad, intranquilidad, trastorno de sueño, pesadillas, cefaleas, temor, dificultad en la concentración y en la memoria.

Aceites vegetales
En los aceites vegetales se han utilizado técnicas de presión con disolventes (derivados del petróleo) para obtener mayor rentabilidad. Seguidamente se calentaba la mezcla para eliminar los disolventes, cosa difícil ya que una vez mezclado jamás se pueden separar totalmente.
Todos estos procesos de calentamiento y mezclas químicas, hacen que el aceite vegetal pierda la vitamina E y contengan mayor cantidad de sustancias nocivas.

¿Qué hacer ante tóxicos alimentarios?

Felipe Hernández nos da una serie de recomendaciones a tener muy en cuenta:
·        No obsesionarse y tomar medidas razonables.
·        Reducir la ingesta de alimentos de origen animal, especialmente la grasa (carne grasa, leche, mantequillas,…), ya que la grasa es la portadora de los tóxicos lipóferos.
·        Consumir vegetales, preferiblemente de cultivo ecológico.
·        Consumir aceite de oliva virgen extra.
·        El café y el té consumidos muy caliente provocan inflamaciones en los órganos digestivos y una mala absorción de nutrientes.
·        Ingesta calórica contenida.
·        Consumir alimentos  poco manipulados.
·        Evitar los azúcares refinados, harinas refinadas y grasas saturadas.
·        Consumir suplementos nutricionales de forma moderada para poder corregir así los desequilibrios nutricionales.
·        Las recomendaciones alimentarias son siempre parte de una forma de vida activa pro salud (ejercicio físico, conciencia ecológica,…).


Pirámide alimentaria recomendada por Felipe Hernández


Espero que os haya sido de ayuda y os sirva para ser un poco más conscientes sobre cómo cuidaros mejor. Una vez terminadas las fiestas, es buen momento para comenzar a poner en práctica buenos hábitos nutricionales. Os animo a dar cada día pequeños pasos, no se trata de cambiar muchas cosas de una vez, poco a poco, paso a paso,… Me tenéis a vuestra disposición para cualquier consulta que queráis hacerme, bien a través del blog o a través de mí teléfono personal 676194598.


Os deseo que tengáis un Año Nuevo Espectacular, lleno de Energía y Salud.
 ¡¡¡FELIZ 2013!!!

lunes, 24 de diciembre de 2012

POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL PERDER PESO Y TAN FÁCIL RECUPERARLO?

Según un estudio publicado en el New England  Journal  of  Medicine, todos los años en estas fechas engordamos 500 gramos en el mejor de los casos. “Medio kilo no parece demasiado”, comenta el Dr. Hack Yanovski, autor de esta publicación. “Pero lo que de verdad nos ha llamado la atención es que el peso ganado ya no se pierde en los doce meses siguientes”.

Nochebuena, Navidad, Fin de Año, Año Nuevo, comida de Reyes… más las comidas de empresa, con amigos… Si usted cada Navidad gana medio kilo y luego no lo pierde, al cabo de veinte años habrá acumulado unos… sí, efectivamente: diez kilos más.
Las celebraciones de Navidad, que más bien podrían llamarse “las fiestas de los atracones”, explican claramente el aumento de peso que cada año se registra en las estadísticas de los países desarrollados.
 Quiero compartir con vosotros una serie de evidencias médicas relacionadas con nuestro sistema  hormonal, que es en gran medida el responsable del exceso de peso y grasa corporal…
1-      Bajos niveles de Adiponectina.

Esta hormona es la que manda la orden a nuestro cuerpo de transformar la grasa en energía, así que a mayor cantidad de esta hormona en nuestro flujo sanguíneo, mayor será la cantidad de grasa que quememos.
Adicionalmente la Adiponectina reduce la resistencia a la insulina, la cual es responsable de la mayoría de los problemas relacionados con el exceso de azúcar en sangre.
A mayor peso corporal, menores son los niveles de adiponectina. Es por ello que al principio  sea difícil bajar de peso en aquellas personas que tienen mucho sobrepeso.

2-      Altos niveles de Grelina.

Esta es conocida como  “la hormona del hambre”. Cuanto más Grelina tengas en tu sistema mayor sensación de hambre tendrás. Así que, si tienes siempre mucha ansiedad y no puedes estar lejos del frigo o la despensa, incluso después de las comidas, es que tienes altos niveles de esta hormona en sangre.

3-      Resistencia a la insulina.

Si tienes sobrepeso, es probable que padezcas algún grado de resistencia a la insulina, lo cual quiere decir que la hormona insulina es menos efectiva a la hora de bajar los niveles de azúcar en sangre. Las células musculares necesitan de la insulina para poder absorber la glucosa que posteriormente se transformará en energía, pero si esta insulina no es efectiva, se acumulará mucha azúcar en sangre y no habrá más remedio que transformarla en grasa para retirarla del flujo sanguíneo.

4-      Altos niveles de Cortisol.

Probablemente habrás oído hablar de la conexión  entre el stress y el exceso de grasa corporal. No sólo está científicamente probado que el stress aumenta la ansiedad por comer dulces, grasas y aperitivos, sino que además provoca el aumento de la hormona Cortisol en sangre. Un exceso de esta hormona trae consigo un metabolismo lento, destrucción de masa muscular y aumento de grasa en aquellas zonas que no nos gustan, como son el abdomen y zona debajo del brazo.
La mayoría de la gente que tiene sobrepeso, sobre todo aquellas que tienen barriga y sufren de hipertensión o de azúcar en sangre, tienen altos niveles de Cortisol. Ello provoca un círculo vicioso, ya que altos niveles de cortisol traen consigo cada vez más sobrepeso y este sobrepeso provoca bajos niveles de adiponectina, lo cual no sólo impide que puedas bajar el peso, sino que estés constantemente poniéndolo.

BUENAS NOTICIAS…

Si a partir de hoy pones en práctica esta  serie de hábitos saludables, conseguirás equilibrar tu sistema hormonal y, por tanto, no sólo bajarás de peso de forma sostenida, sino que además disminuirán la inflamación, los dolores y te sentirás cada día mejor y lleno de energía.

·         Aumenta tu ingesta de frutas y verduras, estás últimas sobre todo crudas. Asegúrate de incluir las espinacas y el brócoli, ya que tienen grandes propiedades anti-inflamatorias.
·         Cárgate de omega 3 cada día. Estos ácidos grasos los puedes encontrar  en el pescado azul, las semillas de lino y suplementos de omega 3.  Estos tienen mucha capacidad para bajar la inflamación.
·         Consume alimentos probióticos (Yogur ecológico, chucrut, kefir, microalgas, chocolate negro...)
·         Aumenta el consumo de Vitamina D, ya que ayuda a mantener el equilibrio hormonal y tiene también propiedades anti-inflamatorias.
·         Condimenta tus comidas con ajo, cebolla, cúrcuma y albahaca por sus propiedades anti-inflamatorias.
·         Desayuna todo los días y asegúrate de que tu desayuno tenga mucha nutrición y una buena cantidad de proteína. Ya sabéis que el primer paso debe ser siempre un buen vaso de agua. El saltar el desayuno provoca grandes desequilibrios hormonales.
·         Duerme mínimo 7 horas por la noche. El dormir poco rompe también el equilibrio hormonal y aumenta la inflamación.
·         Haz algún tipo de ejercicio diario.
·         Aprende a manejar el Stress. Hay muchas formas de conseguirlo…a través de musicoterapia, yoga, control de la respiración, meditación,….
·         Evita lo máximo posible comer grasas saturadas trans o parcialmente hidrogenadas, lácteos, harinas y azucares refinados.
Estos consejos te ayudarán a bajar la inflamación y los dolores, mejorarán mucho tus niveles de energía y te pondrán en el camino de un sencillo y rápido control del peso.
 Para terminar, daros unos pequeños consejos para las fiestas….Para disfrutar más de las fiestas es indudable que debemos ser moderados. Llenad el vaso y el plato sin pasaros. Evitad que las sobremesas se eternicen innecesariamente. Ante todo, aprovechad que estáis con la familia para dar un paseo todos juntos después de comer. Y por último, compensad los excesos de las grandes comilonas navideñas contentándos ese día con una infusión (sin azúcar) como cena, en lugar de abalanzaros sobre las sobras de la comida.

De esta manera, disfrutaréis más de las comidas y recordaréis las Navidades de 2012 con mejor sabor de boca.
¡¡¡FELICES FIESTAS A TODOS!!!

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Cómo evitar el resfriado


Con la llegada del frío invernal llega también la temporada de los resfriados y la gripe, y el consumo de antibióticos alcanza niveles insospechados.

Esto es absurdo, ya que la mayoría de las infecciones son virales. Frente a una infección viral, los antibióticos no hacen bajar la fiebre ni ayudan a curar más rápido, ya que no tratan la causa de la infección. Tampoco impiden el contagio. Lo único que hacen es destruir la flora intestinal y estimular la aparición de nuevos gérmenes resistentes a los antibióticos.
 

La mayoría de las infecciones virales, como por ejemplo los resfriados, las anginas, la tos o la gripe, se curan solos. "La gripe dura siete días con medicinas y una semana sin ellas",  como dice nuestro médico de cabecera.

Mientras tanto, podemos aliviar sus síntomas con remedios que atenúan el dolor: por ejemplo, los aceites esenciales de menta y los concentrados herbales.


La vitamina C es un poderoso antioxidante -de la que pueden tomarse varios gramos al día hasta que los síntomas de la enfermedad se atenúen. Reduzca la dosis si le provoca diarrea.
No haga por bajar la fiebre

Si la temperatura corporal está por debajo de 37,9° C (tomada en la axila), creo que no se debe hacer nada para reducir la fiebre.

La fiebre es una reacción natural del cuerpo. Una temperatura más elevada de lo normal ayuda al cuerpo a destruir los virus. Muchos de los experimentos realizados por el profesor André Lwoff (Premio Nobel) del Instituto Pasteur de París, mostraron que a partir de una temperatura de 38° C ó 38,5° C, la mayoría de los virus (incluyendo el de la poliomelitis) son inhibidos o destruidos.

Por otro lado, ciertos depósitos y sustancias tóxicas presentes en el cuerpo se disuelven cuando la temperatura aumenta. Un acceso de fiebre es, por tanto, una forma natural de eliminarlos (por ejemplo, los depósitos de ácido úrico o uratos son arrastrados por la sangre y se eliminan por los riñones).

Por lo tanto, cuando su temperatura comience a subir, alégrese, porque significa que su cuerpo está respondiendo bien. Y tenga un poco de paciencia… piense que el proceso de eliminar los virus no se logra en cinco minutos.

Si la fiebre le preocupa, dígase a sí mismo que cuando su cuerpo lo considera necesario, tiene su propia manera de hacer bajar la fiebre. El hipotálamo, que actúa como un termostato, envía automáticamente un mensaje hormonal a las glándulas sudoríparas para que produzcan sudor. Al evaporarse, el sudor reduce la temperatura corporal. El hipotálamo también influye en nuestro metabolismo para aumentar o disminuir la producción de calor interno, provocando los escalofríos (generadores de calor) y la necesidad de abrigarse o de ponerse más fresco.
UFFF…y la  nariz tapada
Para descongestionar los senos nasales, aumente el nivel de humedad del aire de su habitación y vaporice en las fosas nasales una solución salina. No hay necesidad de comprarla en la farmacia; simplemente diluya la cuarta parte de una cucharadita de sal común en aproximadamente 200 ml de agua hervida y aplíqueselo mediante un spray nasal.


También puede tomar vapores durante unos 15 minutos directamente de una olla en la que previamente haya hervido agua. Tápese la cabeza con una toalla y manténgase a una distancia del agua de al menos 35 cm para evitar quemaduras. Repita la operación tres o cuatro veces al día.

Ponga guindilla en sus alimentos: la capsaicina, ingrediente activo de la guindilla, ayuda a limpiar las mucosas de la nariz y a favorecer la secreción nasal (como seguramente usted notó la última vez que mordió sin querer un chile en un restaurante mexicano...).
Olvídese del azúcar
Hay que eliminar todos los productos que contienen azúcar refinada (incluido el chocolate), ya que puede causar inflamación en las membranas nasales, y además su efecto sería devastador sobre el sistema inmunológico. Esto se debe a la forma de actuar del azúcar: cuando llega a su intestino, las bacterias y las levaduras patógenas (malas) de su flora intestinal se lanzan sobre ella. El azúcar actúa sobre ellas como un fertilizante, lo que desequilibra su flora y hace que su sistema inmunológico sea vulnerable a los ataques de virus respiratorios.

La mayoría de las personas no tienen en cuenta que el 80% de nuestro sistema inmunológico está en nuestro intestino. Y ésta es la razón por la que controlar nuestro consumo de azúcar es crucial para optimizar nuestras defensas naturales.
Ejercicio y un buen baño caliente
Mientras se trate de un simple resfriado y usted no tenga fiebre, hacer ejercicio, si es posible al aire libre, reduce la congestión nasal y fortalece su sistema inmunológico. Al volver a casa, prepárese un buen baño caliente, que reforzará el efecto descongestionante y mejorará la circulación en la zona de la nariz. Los efectos del ejercicio perduran unas cuatro horas después de haberlo realizado.

Puede completar estos efectos beneficiosos tomando líquidos… pero no una cerveza o un vino tinto, que según la creencia popular descongestionan pero que en realidad logran el efecto contrario, sino un concentrado herbal que incluya té verde.


Las causas profundas de los resfriados y la gripe
Ambas enfermedades afectan a las vías respiratorias, pero hay diferencias entre ellas.

Los síntomas habituales del catarro son secreción nasal, congestión de los senos nasales, tos, dolor de garganta... Los síntomas de la gripe suelen ser más violentos y pueden degenerar en infecciones pulmonares o en neumonía. La gripe también afecta a las articulaciones, causando dolores musculares que producen una sensación como de agujetas, aun cuando usted no haya realizado ningún esfuerzo especial.

Los virus de la  gripe y de los resfriados se transmiten normalmente de una persona a otra, pero tenga en cuenta que no es únicamente el contacto con el virus lo que provoca la enfermedad. Si su sistema inmunitario funciona bien, no tiene en principio ningún problema para destruir estos virus.

Si usted cae enfermo, es porque sus defensas están debilitadas como consecuencia de su estilo de vida:
·         Usted no se expone lo suficiente al sol y no come suficiente pescado azul, y por ello tiene un déficit de vitamina D y de ácidos grasos omega 3.
·         Se acuesta demasiado tarde, después de haber consumido sustancias estimulantes o haber pasado demasiado tiempo frente al ordenador o la televisión, por lo que después duerme mal y por la mañana siente que no ha descansado lo suficiente.
·         A pesar de sus buenas intenciones (y tal vez incluso pese a haberse matriculado en un gimnasio), sigue haciendo muy poco ejercicio;
·         Usted está dominado por emociones negativas que le provocan estrés y tensión.
·         Usted tiene muchos excesos y deficiencias en su dieta, lo cual le crea muchos desequilibrios nutricionales y, por tanto, le causa debilidad.

Vitamina D: la causa subyacente de los resfriados y la gripe
La falta de vitamina D constituye hoy día una auténtica pandemia, que afecta a más de la mitad de la población en general. Y no sólo en los países nórdicos (donde se dice que un 90% de la población podría tener un nivel de vitamina D insuficiente). En España, pese a tener un clima en principio propicio para que se pueda producir una adecuada síntesis de vitamina D por exposición solar, los niveles generales son similares.

La vitamina D favorece la absorción intestinal de calcio y fósforo, y garantiza su fijación sobre los huesos. Su papel es muy importante, incluso vital, para el correcto funcionamiento no sólo óseo, sino de prácticamente todo el organismo.

La vitamina D se produce en la piel bajo el efecto de los rayos ultravioleta B del sol (UVB). La fobia contra el sol que existe en la actualidad lleva a las personas a sobreprotegerse del sol, lo que tiene el efecto de agravar el déficit de vitamina D.

En 2009, el estudio de mayor envergadura y más representativo sobre este problema se realizó sobre  19.000 personas. Mostró que aquellos sujetos con niveles bajos de vitamina D tienen un riesgo significativamente más elevado de contraer la gripe o el resfriado común, siendo el riesgo aún mayor para las personas con problemas respiratorios, como el asma.
Aumente sus niveles de vitamina D
Le recomiendo fijarse un objetivo de vitamina D en la sangre de entre 65 y 110 ng/ml.
Para lograr este nivel, puede tomar suplementos de vitamina D, consumir más pescado azul o tomar suplementos de omega 3 y tomar el sol a menudo.

La vitamina D es un notable agente antimicrobiano: produce de 200 a 300 péptidos antimicrobianos en su cuerpo que van a destruir las bacterias, los virus y los hongos.


Cuándo se debe ir al médico
Las infecciones de los senos nasales, oídos y pulmones (bronquitis y neumonía) son ejemplos de infecciones bacterianas que responden a los antibióticos. Si usted desarrolla alguno de los síntomas siguientes, es una señal de que puede estar padeciendo una infección bacteriana en lugar de un virus y debe acudir a su médico:
·         Fiebre superior a 37.9° C (temperatura axilar);
·         Dolor de oídos;
·         Dolor alrededor de los ojos, especialmente si usted tiene secreciones nasales verdes;
·         Respiración jadeante acompañada de tos persistente e incontrolada;
·         Tos persistente con expectoración de flemas amarilla o verdosa.


Eso es todo. Si este invierno coge un resfriado o una gripe, sólo me queda desearle una buena recuperación. Tenga en cuenta que los antibióticos tienen el efecto contrario de los probióticos, así que si tuviera que tomar los primeros, asegúrese de restaurar la flora bacteriana tomando probióticos de buena calidad, una vez finalizado el tratamiento.